Participación del sistema nervioso y
endocrino en la agresividad
Según Valzelli (1983), que la considera como un
componente de la conducta normal que se expresa para satisfacer necesidades
vitales y para eliminar o superar cualquier amenaza contra la integridad física
y/o psicológica. Estaría orientada a la conservación del individuo y de la
especie y solamente en el caso de la actividad depredadora conduciría a la
destrucción del oponente, llegando hasta provocar su muerte.
imagen recuperada de:http://www.cuidatusaludemocional.com/wp-content/uploads/2015/10/salud-emocional-245-1.gif
Tipos
de agresión
La agresión es un
constructo complejo y heterogéneo, por lo que interesa identificar subtipos o
clases de agresión para su estudio (Stahl, 2014). Es clásica la distinción
entre agresión premeditada (predatoria, instrumental) e impulsiva (afectiva,
reactiva). Por tanto, se puede considerar que ha habido consenso en la
codificación dicotómica de la agresión en dos categorías: impulsiva vs. Instrumental
(Alcázar, 2011; Cornell et al., 1996; Kockler et al., 2006; Raine et al., 1998;
Stanford et al., 2003; Weinshenker y Siegel, 2002; Woodworth y Porter, 2002). La primera es una
reacción abrupta, en “caliente”, como una respuesta a una percepción de
provocación o amenaza, mientras que la instrumental es una respuesta
premeditada, orientada a un objetivo y a “sangre fría”. Ahora bien, dando por
sentada esta clasificación dicotómica, se debe subrayar que es muy frecuente
que los actos violentos puedan mostrar características de ambas, impulsiva e
instrumental (Bushman y Anderson, 2001;
Penado et al., 2014). Por ejemplo, la conducta agresiva se puede dar de
manera repentina como respuesta a una provocación percibida, con enfado y
afecto hostil. Pero es que, además, esta misma conducta agresiva podría darse
de una manera controlada y con un objetivo bien delimitado (intimidación,
elevación de la autoestima, etc.) (Rosell y Siever, 2015).
Una clasificación similar
a la impulsiva/instrumental es la que distingue entre agresión reactiva y pro-activa.
En esta clasificación se asume desde el principio, a diferencia de
la anterior que opta por una concepción categórica de base, que ambas coexisten
y contribuyen conjuntamente al nivel de agresión total del individuo y cada una
es evaluada de manera dimensional (Rosell y Siever, 2015).
El tipo reactivo es el
que más se parece a la categoría impulsiva y sería una agresión que sucede como
reacción a una frustración o a una provocación percibida (normalmente en un
contexto interpersonal). Este tipo de agresión está invariablemente acompañada
de hostilidad, ira o rabia. Su objetivo básico sería compensar o mitigar el
estado afectivo desagradable que siente el sujeto. Por otra parte, la agresión
proactiva está caracterizada por que no tiene que ir necesariamente acompañada
de un estado emocional desagradable (ira, rabia, etc.), suele ser iniciada por
el agresor más que como reacción a una provocación y está motivada de manera
explícita por la expectativa del agresor de obtener alguna recompensa (un
objeto, un premio, poder, estatus, dominancia social, etc.) (Penado et al., 2014; Rosell y Siever, 2015). Estas dos maneras de
agresión coexisten y están altamente correlacionadas. Sin embargo, la reactiva
se ha vinculado con historia de abuso (Kolla et al., 2013), impulsividad (Cima
et al., 2013; Raine et al., 2006),
emociones negativas (como ira y frustración) y dureza emocional (que es un
componente de la psicopatía) (Cima et al., 2013). Por su parte, la proactiva se
ha relacionado positivamente con la psicopatía (Kolla et al., 2013), agresión
física y delitos violentos (Cima et al., 2013;
Rosell y Siever, 2015).
Neurobiología
de la agresión impulsiva (centros y circuitos)
imagen recuperada de:https://image.slidesharecdn.com/controlneuraldelaconductaagresiva-140322132541-phpapp02/95/control-neural-de-la-conducta-agresiva-3-638.jpg?cb=1403612129
La agresión impulsiva es
generalmente una respuesta inmediata a un estímulo del medio ambiente. Para Stahl
(2014) este tipo de violencia puede reflejar “una hipersensibilidad
emocional y una percepción exagerada de las amenazas, lo que puede ir ligado a
un desequilibrio entre los controles inhibidores corticales de arriba-abajo y
los impulsos límbicos de abajo-arriba” (p. 360). El paradigma clásico, que liga
la corteza prefrontal y áreas límbicas como la amígdala, es que la actividad en
estructuras límbicas subcorticales como la amígdala es modulada por una
influencia inhibidora desde estructuras corticales como la corteza prefrontal orbito
frontal (COF). De tal manera que un individuo que no restrinja su agresión
impulsiva tendrá una gran actividad en la zona amigdalar y poca actividad
inhibidora en la zona COF, un individuo que sea capaz de controlar su agresión
impulsiva tendrá una gran actividad en la COF y un individuo con una lesión en
la COF tendrá un aumento de agresión impulsiva.
Wynn Casino, Las Vegas, NV, United States - MapYRO
ResponderBorrarWynn 경산 출장안마 Hotel and Casino. 5-star luxury resort 정읍 출장샵 with casino, spa, restaurants, nightlife and more located in Las 나주 출장안마 Vegas, 구리 출장안마 NV. 인천광역 출장마사지